martes, 20 de mayo de 2008

vómito

Yo soy mi labio mordido por mis dientes. Soy los colores de la bufanda que me cubre el cuello. Soy el abrazo único que me da mi piel. Soy lo amargo que corta las risas que conviven con lo que no soy. Cabeza de brujo, soy. Con cola de alacrán. Cuando me despego del suelo me miro los pies y veo como tantean el aire. Soñé con caras diminutas clavadas en el piso. Cuando me levanté mis brazos no llevaban tuercas. Si no tuviera puños te abrazaría pero lo único que aprieto contra mi es el aire. Soy un llavero. Soy, sobretodo, los dedos que me brotan de las manos. En cada punta, yo. Cejas gruesas. Andar cansino. Si tuviera ojos, los cerraría para no verte y me quedaría sólo escuchando tu voz. Vuelvo siempre tarde, reflejado en el empedrado, adivinándome entre las juntas, errando en todos los cruces. Me desbordaría pero está mi piel colgada de mis hombros. Así de invisibles son los andamios.

1 comentario:

Matías Neuburger dijo...

Querría no ver los andamios... Ahora, lleno de imágenes, vuelvo como siempre, gritando invisible.
Saludos V.T.!