martes, 25 de marzo de 2008

fatal victor

Un cuervo voló sobre mi cabeza.
Ante el augurio fatal abrí mis venas y
miré si estabas.

Y no estabas.

Las hojas tienen venas, o algo
parecido: ramas. Si algún día me viese
vestido como Enrique VIII
o Luis XVI me temblarían
las piernas, pero no creo que me
cause gracia.

Si son las hojas las que tienen venas,
¿es posible que también me haya confundido
y ese cuervo nunca pasó?

Te espero en silencio como el pescador.
De esa forma la esperanza
se adhiere a su caña.
Y sin embargo
los peces escapan.

No hay comentarios: